¿Y si hoy no nos levantamos de la cama? Te voy a despertar
entre mordiscos suaves y besos lentos, te voy a susurrar al oído un: “buenos
días mi amor” luego te acariciaré la cara lentamente mientras soplo suavecito
en tu oreja. Cuando empieces a abrir los ojos empezaré a sonreírte y me pondré
encima de ti, te haré cosquillas y tú patalearás, me mirarás, me suplicarás
clemencia, pararé, te miraré y me morderé el labio inferior, te acariciaré el
pelo y te besaré con dulzura, más tarde, tú pondrás esa sonrisa perfecta, me
cogerás de la cintura y te pondrás tú encima, yo giraré la cabeza y esta vez
serás tú quien me bese, esta vez con fuerza, con ganas de mí, te quitarás la
camiseta y te besaré en el pecho, tú me acariciarás las piernas, subirás por la
cintura, te pasarás por mi ombligo, seguidamente, subirás por mi pecho, me
acariciarás los brazos hasta llegar a las manos y ahí, me las agarrarás con
fuerza. Te acercarás a mi boca y me morderás el labio con pasión, con jugueteo,
con ganas de hacerme el amor, mi respiración se acelerará y nuestros corazones
latirán a la par. Me quitarás la blusa del pijama poco a poco, mirándome a los
ojos mientras quitas cada uno de los botones, al llegar al último, a mí, se me
pondrá la piel de gallina y la blusa se caerá poco a poco, deslizándose por mis
brazos, hasta caer del todo. En ese momento tú volverás a besarme y yo me
aferraré a ti con fuerza, arañándote la espalda y mordiéndote los labios, justo
ahí, estaremos los dos sentados, tú debajo y yo encima de ti, besando tus gotas
de sudor y acariciando cada pliegue de tu piel. Tú empezarás a besarme el cuello y yo te haré mío durante horas.
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