Arena por toda la casa, por cada uno de los zapatos, mochilas o esquinas. Olor a salitre en el pelo. Rojez en las mejillas. Hombros pelados. No pasar por casa en todo el día, no tener horarios. Salir de fiesta un martes. Hacer de lagarto un jueves. Pantalones cortos, camisetas sin mangas, sandalias. Paseos hasta las tantas de la noche. Borracheras de verbena. Abrazos, confesiones, besos, caricias en la playa. Escapadas nocturnas a lugares secretos. Bailar durante una noche entera. Saltarte un día de la semana, porque te lo pasas durmiendo. No saber en qué día vives. Te echo de menos verano.